Jake Brenner está gozando demasiado de su libertad como para enamorarse, o eso es lo que él dice. Además, está muy ocupado con su banda, los Hijos Pródigos, para ir en busca de romance. Su reticencia no tiene nada que ver con su embarazoso amor platónico por Chris, el líder vocal de la banda y antiguo mejor amigo. Pero eso fue antes de que el enigmático vagabundo, Parker McAvoy, se uniera a la banda como el nuevo guitarrista principal.
Jake niega su atracción hacia el dulce y torpe Parker, hasta que le es imposible ignorar la necesidad de hacer algo al respecto. El problema es que Parker lo sabe todo acerca de sus hábitos libertinos, ah, y por supuesto, no es gay. O por lo menos eso es lo que Jake piensa hasta que una serie de eventos relacionados, le proporciona una nueva perspectiva alentadora. ¿Podrá convencer a Parker de pasar por alto su pasado colorido para darle una oportunidad? ¿O esta canción de amor se desvanecerá incluso antes de que comience?
Reseña:
Lo primero que nos llamó la atención de esta novela es que fuera sobre una banda de rock, no es muy usual que el protagonista sea un famoso roquero gay, y no entendemos por qué no se da más esta combinación entre rock y homoerótica, porque tiene mucho potencial y es, hablando claro, jodidamente sexy.
Al leer sobre estos temas ciertos tópicos son casi
inevitables, como que el líder de la banda sea uno de esos “chicos malos” que
va dejando tras de sí un rastro de corazones rotos, y aunque al principio este
sea el caso al final acabará sorprendiendo. Quitando el hecho de que a veces,
Chris, uno de los personajes secundarios
le robe protagonismo al resto con aportaciones que no son interesantes, y que en
ocasiones la lectura se hace algo abrupta por cambios de estilo en la
narración, la novela es de las que te enganchan, tanto como para exasperar
cuando se frena la acción de los protagonistas por centrarse en algún
secundario.
Y es que los protagonistas tienen muy buena química, es
interesante leer cómo se rompen tópicos sobre roqueros para mostrarnos este mundillo desde otra perspectiva más
humana, donde el talento no se rinde a las expectativas de siempre, dando
cabida a la sensibilidad sin cursilerías.
Parker muestra cómo un roquero puede ser tímido y subirse a
un escenario para dejar al público con la boca abierta, y que la verdadera
fortaleza consiste en ser fiel a sí mismo aunque los demás te presionen para
que cambies y te adaptes a su visión del mundo. Pasa por un calvario para
cumplir sus sueños, pero lo logra sin renunciar a lo que cree, y consigue que
Jake se enfrente a sus miedos, y se gane el derecho a amarle.
Jake y Parker sacan lo mejor el uno del otro, desde que se
conocen van evolucionando, cosa que les hace pasar algunos de los peores
momentos de su vida, pero salen fortalecidos, hasta el punto de que al final…
bueno no entraremos en detalles, pero nos encantó leer esa escena tan propia de
comedia romántica americana, fue una bonita manera de terminar la lectura.
Si te gustan los roqueros sexis, los clichés tratados con
humor y desenfado, y las escenas románticas, narradas con ese tipo de delicada
sensibilidad que hace que te pongas en la piel del personaje, no te dejes de
leer Canciones de amor americanas. Le damos un 4/5, puedes adquirirla aquí