Sinopsis:
¿Crees en el amor a primera vista?
Paul Auster no. Él no cree casi en nada. Tiene treinta años, un ligero sobrepeso y su mejor rasgo es su humor cruel y los coloridos comentarios que escupe mientras la vida sigue su curso. Sus mejores amigos son un perro de dos patas de nombre Ruedas, y una Drag Queen casi bipolar que se llama Helena Handbasket. Tiene un trabajo sin perspectivas en un cubículo chupa almas y está seguro de que si el loro homofóbico de su abuela lo insulta otra vez, le retorcerá el estúpido pescuezo.
Y aparece Vince Taylor.
Vince es todo lo que Paul no es: sexy, confiado y más tonto que las piedras. Y por algún motivo no deja de perseguirlo. Debe estar gastándole una broma, porque no es posible que alguien como él quiera a alguien como Paul.
Pero cuando golpea a Vince con su coche —de una forma totalmente involuntaria—, se ve forzado a mirarlo con otros ojos. Lo único que no permite que crea en Vince es él mismo; y ese es un obstáculo que no parece poder superar. Pero cuando la tragedia se cierne sobre la familia de Vince, Paul debe sobreponerse a las opiniones que tiene sobre sí mismo para estar al lado del hombre que piensa que es perfecto tal y como es.
Reseña
Lo primero
que nos llamó la atención de Dime que es real fue la portada, cuando se publicó
en inglés nos fijamos en ella, y cuando leímos la sinopsis supimos que
necesitábamos que la tradujeran. Teníamos grandes expectativas, y cuando eso
ocurre, suele pasar que o te decepcionas o tienes uno de esos crush que hace que pase directamente a
tu lista de novelas favoritas, que relees de vez en cuando, tienes partes
predilectas, incluso alguna frase que citas con los amigos a las que se la
recomiendas y acabas usando en clave en situaciones comprometidas.
La
dedicatoria es un comienzo muy bueno, pero el primer párrafo… Oh Dios, es
simplemente genial. Esa manera de satirizar los tópicos del género fue
espectacular, nos postramos ante TJ Klune y su mordazmente sublime sentido del
humor, que para el deleite de los lectores está presente a lo largo de toda la
historia, incluso en las escenas subidas de tono (en las que lejos de romper el
clima, lo enriquece, como dijo alguien muy sabio de cuyo nombre no nos
acordamos: “me encanta que me hagan reír cuando follo”). Además siempre es un
plus esa sana autocrítica que solo el humor es capaz de abordar con tanto
estilo, reírse de uno mismo con esa impudicia es sexy y TJ Klune lo sabe…
Por cierto,
respaldamos totalmente la teoría de Paul, el protagonista, sobre la canción del
cumpleaños feliz.
Los
personajes secundarios son de lo más gamberro, y sus diálogos alocados que empiezan
con algo aparentemente inofensivo suelen acabar en algo delirante y divertido.
La familia de Paul es bastante atípica, en particular su abuela, cuya mascota
es un loro con un vocabulario de lo más variado, llamado Johnny Deep, está
claro que en esta familia hasta las mascotas marcan la diferencia, no hay más
que ver a Ruedas, el perro de Paul.
Otro
personaje secundario que nos ha encantado es Sandy/Helena, alguien tan especial
como Paul no podría tener un mejor amigo más adecuado, que se compenetra con él
a la perfección en su peculiar manera de ver el mundo, capaz de darle caña
cuando lo necesita (bastante a menudo, es para pensarse lo del poni…) y de
llevar el ritmo de sus disparatadas conversaciones, con estos chicos es
imposible aburrirse. Y cuando aparece en modo drag queen es genial, nos
declaramos fans incondicionales de Helena Handbascket, la elección de ese
nombre ya os dará una idea de su glamour, aunque Helena es una bitch ambiciosa y a veces aparece sin
que haya actuación de por medio, y eso mola, de hecho nos gusta tanto que
reivindicamos un spin off de Helena/Sandy, necesitamos saber qué es de su vida,
si Papi Charlie se confabuló con Paul y Vince para que se liara con “Dare” o si
dejó el mundo de los seguros para entregarse al arte…
En cuanto a
los protagonistas nos encanta su atípica manera de ser románticos, y que lo que
más llame la atención de ellos no sea lo más predecible. A pesar de que se
presenta a Vince como el típico chico guapo, deportista cañón más bien tonto,
se sale bastante de los estándares, nos recuerda a personajes como Phoebe de la
serie Friends, con una lucidez atípica y unos valores que no siguen lo
corriente, aunque suene manido, es sencillamente diferente, detrás de los que
muchos solo ven como tonterías hay cosas que dan que pensar, y está muy bien
que para variar nos den otra perspectiva que nos se nos antoja estúpida sino
que puede que resulte molesta porque nos saca de la zona de confort habitual,
donde todo está calculado.
Respecto a
Paul, que se debate bastante tiempo entre aceptar que se ha enamorado de alguien que parece
estar más “loco” que él y que con su físico y su seguridad, incrementa sus
complejos, hay que reconocer que es adorable, aunque llegue e niveles de
torpeza preocupantes siempre lo hace con estilo, sin exasperar, porque Paul
tiene un sentido del humor que puede con todo.
Paul y Vince
se complementan a todos los niveles, pasan por momentos muy dramáticos,
logrando ahondar en temas complejos y espinosos, dejando ver que ese humor y
esa fuerte personalidad ha sido forjada en un pasado doloroso, pero que lejos
de dejar que les cambiara o anulara, han luchado contra todos los obstáculos
sin convertirse en unos amargados o unos cretinos.
En esta
novela se combina la comedia y el drama de una manera magistral, mostrando unos
personajes muy humanos y originales, que
nos llevan a una lectura voraz, donde empatizamos con ellos porque se acercan peligrosamente a
lo real, sin florituras ni efectismos, son capaces de hacernos llorar tanto de
tristeza como de risa y eso les da un merecido 5/5 y nos deja con ganas de más.
P.D : estamos
planteándonos acosar a TJ Kune para que escriba más sobre Helena y de paso el
resto de este alocado elenco ¿se animan?
Pueden adquirir la la novela
aquí